Mirar atrás es comprender
que algunas casas estaban podridas desde el primer ladrillo,
que los sueños no son digeribles,
que nuestra mirada no ablanda el mundo,
que somos esto.
Mirar atrás es saber
que nunca volverás
sin importar cuántos poemas
le inmole a tu memoria.
Peor aún:
mirar atrás es confirmar resignado
que de nada valdría tu regreso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario